El voto de la ciudadanía es directo, universal y secreto, y no hay mecanismo tecnológico alguno que logre vulnerarlo.
Todo el armazón del sistema automatizado para ejercer ese derecho está hecho para garantizar su inviolabilidad. No hay manera de descifrar el sufragio de las personas en las máquinas de votación, pues los equipos cuentan con programas específicos que impiden reconstruir la información de los electores, que está encriptada.
El ingeniero en sistemas Roberto Picón, miembro del Grupo de Seguimiento Técnico del Comando Simón Bolívar, asegura que la prueba más palpable de que el voto es secreto es que 6.500 millones de personas votaron el 7−O por Henrique Capriles Radonski y nadie fue perseguido por ello ni perdió beneficio alguno del Estado.
Sin embargo, desde que en 2004 se usó por primera vez el sistema automatizado han surgido muchos mitos relacionados con la plataforma tecnológica que utiliza el Consejo Nacional Electoral: las máquinas de votación, el Sistema de Autenticación Integrado (captahuellas) y el Sistema de Información al Elector (SIE).
Picón resume de manera sencilla todos los malentendidos que existen sobre el entramado tecnológico: "La tecnología es compleja y la gente no tiene por qué entenderla. Cuando no comprendes algo, buscas una explicación fantástica. Frente a un resultado adverso siempre será más fácil buscar las respuestas en factores externos. Por eso es importante que los electores participen en la verificación ciudadana, para que se den cuenta de que el sistema funciona bien, a pesar de que no entiendan todos los aspectos técnicos".
Respuestas a los mitos más frecuentes:
1) Las máquinas son bidireccionales. Cierto.
Todo equipo de telecomunicaciones es bidireccional. La bidirecionalidad permite alterar los votos. Falso. La transmisión de la información es unidireccional. Si la máquina transmite algo, necesita recibir una confirmación de que la información cifrada llegó correctamente (feedback).
Las auditorías realizadas por los partidos certifican que la información sólo llega al Centro Nacional de Totalización del CNE, y que no hay información que alimente las máquinas de votación desde afuera.
2) El voto no es secreto y puede reconstruirse con el SAI. Falso.
No hay secuencia asociada al voto de las personas, y es información cifrada. Las máquinas tienen una memoria temporal que almacena hasta cinco votos; y cuando ingresa un voto, los sufragios se reordenan para impedir una secuencia (programa random).
Igual reordenamiento ocurre con el SAI, que utiliza una clave cifrada compartida por todos los partidos y el CNE. No hay manera de "leer" los votos sin reunir todos los trozos de esa clave.
3) El SIE permite al chavismo saber cuántas personas han votado y acarrear electores. Falso.
El SIE se emplea en los centros con tres o más mesas (41% del total). No todos transmiten información, pues se escoge una muestra aleatoria. Picón considera que la cola que genera el SIE facilita la coerción e identificación de votantes en algunos centros.
4) La oposición nunca ha tenido testigos en la sala de totalización del CNE. Falso. }
Desde 2005 se acreditan cuatro testigos con formación tecnológica por actor político. El Plan República se excede en sus funciones. Cierto. Desde 2004 se ha reportado que oficiales asumen tareas que les corresponden a los miembros de mesa.
5) Hay una sala de totalización secreta. Falso.
El CNE cuenta con dos centros nacionales de totalización (CNT1 y CNT2): en la Universidad Bolivariana y en el CNE de Plaza Venezuela.
6) Se puede interceptar la transmisión satelital de la información que envía el CNE. Falso.
La información cifrada viaja a través de una red de Cantv con más de cinco capas de seguridad (firewall), y se usan líneas especiales para la transmisión.
7) Algunos operadores de máquinas de votación están mal adiestrados. Cierto.
Cuando una máquina falla y debe reemplazarse, el CNE demora en resolver la contingencia.
8) Hay un cable submarino que envía la información a Cuba, donde se cambian los resultados. Falso.
Toda acta transmitida se corresponde con una mesa escrutada, y los testigos de cada candidato tienen copia del acta de escrutinio de las mesas. Aunque existiera ese supuesto cable, sería imposible no detectar un cambio en la votación.
9) Hay más electores que ciudadanos. Falso.
De acuerdo con un análisis del RE efectuado por la UCAB, las fallas están en el censo del INE y en la falta de datos fidedignos de actas de nacimientos y defunciones en las zonas rurales.
10) Los muertos votan. Falso.
El CNE no puede excluir a personas del censo sin que un familiar presente el acta de defunción. Se suspendió del RE a todos los electores mayores de 100 años. Tenían que llevar fe de vida al ente.
11) La oposición demora en resolver problemas en los centros en los cuales se detectan fallas. Cierto.
Si se reportan casos de intimidación o propaganda en un centro, tardan mucho en resolverlos.
12) Hay centros con abstención cero. Cierto.
Es estadísticamente posible. El 7−O hubo 11 centros con 2.500 electores inscritos en el RE y menos de 1% de abstención.
CELINA CARQUEZ
Todo el armazón del sistema automatizado para ejercer ese derecho está hecho para garantizar su inviolabilidad. No hay manera de descifrar el sufragio de las personas en las máquinas de votación, pues los equipos cuentan con programas específicos que impiden reconstruir la información de los electores, que está encriptada.
El ingeniero en sistemas Roberto Picón, miembro del Grupo de Seguimiento Técnico del Comando Simón Bolívar, asegura que la prueba más palpable de que el voto es secreto es que 6.500 millones de personas votaron el 7−O por Henrique Capriles Radonski y nadie fue perseguido por ello ni perdió beneficio alguno del Estado.
Sin embargo, desde que en 2004 se usó por primera vez el sistema automatizado han surgido muchos mitos relacionados con la plataforma tecnológica que utiliza el Consejo Nacional Electoral: las máquinas de votación, el Sistema de Autenticación Integrado (captahuellas) y el Sistema de Información al Elector (SIE).
Picón resume de manera sencilla todos los malentendidos que existen sobre el entramado tecnológico: "La tecnología es compleja y la gente no tiene por qué entenderla. Cuando no comprendes algo, buscas una explicación fantástica. Frente a un resultado adverso siempre será más fácil buscar las respuestas en factores externos. Por eso es importante que los electores participen en la verificación ciudadana, para que se den cuenta de que el sistema funciona bien, a pesar de que no entiendan todos los aspectos técnicos".
Respuestas a los mitos más frecuentes:
1) Las máquinas son bidireccionales. Cierto.
Todo equipo de telecomunicaciones es bidireccional. La bidirecionalidad permite alterar los votos. Falso. La transmisión de la información es unidireccional. Si la máquina transmite algo, necesita recibir una confirmación de que la información cifrada llegó correctamente (feedback).
Las auditorías realizadas por los partidos certifican que la información sólo llega al Centro Nacional de Totalización del CNE, y que no hay información que alimente las máquinas de votación desde afuera.
2) El voto no es secreto y puede reconstruirse con el SAI. Falso.
No hay secuencia asociada al voto de las personas, y es información cifrada. Las máquinas tienen una memoria temporal que almacena hasta cinco votos; y cuando ingresa un voto, los sufragios se reordenan para impedir una secuencia (programa random).
Igual reordenamiento ocurre con el SAI, que utiliza una clave cifrada compartida por todos los partidos y el CNE. No hay manera de "leer" los votos sin reunir todos los trozos de esa clave.
3) El SIE permite al chavismo saber cuántas personas han votado y acarrear electores. Falso.
El SIE se emplea en los centros con tres o más mesas (41% del total). No todos transmiten información, pues se escoge una muestra aleatoria. Picón considera que la cola que genera el SIE facilita la coerción e identificación de votantes en algunos centros.
4) La oposición nunca ha tenido testigos en la sala de totalización del CNE. Falso. }
Desde 2005 se acreditan cuatro testigos con formación tecnológica por actor político. El Plan República se excede en sus funciones. Cierto. Desde 2004 se ha reportado que oficiales asumen tareas que les corresponden a los miembros de mesa.
5) Hay una sala de totalización secreta. Falso.
El CNE cuenta con dos centros nacionales de totalización (CNT1 y CNT2): en la Universidad Bolivariana y en el CNE de Plaza Venezuela.
6) Se puede interceptar la transmisión satelital de la información que envía el CNE. Falso.
La información cifrada viaja a través de una red de Cantv con más de cinco capas de seguridad (firewall), y se usan líneas especiales para la transmisión.
7) Algunos operadores de máquinas de votación están mal adiestrados. Cierto.
Cuando una máquina falla y debe reemplazarse, el CNE demora en resolver la contingencia.
8) Hay un cable submarino que envía la información a Cuba, donde se cambian los resultados. Falso.
Toda acta transmitida se corresponde con una mesa escrutada, y los testigos de cada candidato tienen copia del acta de escrutinio de las mesas. Aunque existiera ese supuesto cable, sería imposible no detectar un cambio en la votación.
9) Hay más electores que ciudadanos. Falso.
De acuerdo con un análisis del RE efectuado por la UCAB, las fallas están en el censo del INE y en la falta de datos fidedignos de actas de nacimientos y defunciones en las zonas rurales.
10) Los muertos votan. Falso.
El CNE no puede excluir a personas del censo sin que un familiar presente el acta de defunción. Se suspendió del RE a todos los electores mayores de 100 años. Tenían que llevar fe de vida al ente.
11) La oposición demora en resolver problemas en los centros en los cuales se detectan fallas. Cierto.
Si se reportan casos de intimidación o propaganda en un centro, tardan mucho en resolverlos.
12) Hay centros con abstención cero. Cierto.
Es estadísticamente posible. El 7−O hubo 11 centros con 2.500 electores inscritos en el RE y menos de 1% de abstención.
CELINA CARQUEZ
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